lunes, 15 de septiembre de 2014

Sentir como me desgarro por dentro,
 el desamor es lo que tiene.
Dejar de oler tu piel, de colarme en ti, entre tus sábanas. Tu dulce sabor.
Mis deseos reclaman madrugadas contigo.
Los silencios rompen mi alma, se queda sin vida.
Qué fue de las risas,
dónde están esos instantes que me envolvías en ti,
que despertaba  pegada a tus brazos y sentía como tus tejidos se pegaban a mi piel,
Me rozabas lento y no quería salir de allí.
Solía soñar con que era eterno y una vez más,
el destino es el que domina nuestras vidas  y nos guía por diferentes caminos.
Entre un sinfín de reproches decimos adiós a lo que no tiene salida.

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