Acaricio
tu sonrisa, todavía la recuerdo.
Huelo tu
pelo,
te
recuerdo por su olor que aún permanece en mi
memoria.
Tus
gemidos inundan la habitación
tu presencia,
tus
fatigas,
nuestras
fatigas.
La
entretela de mi piel se desgarra con tu ausencia.
Me escondo
entre la noche con el ansia de buscarte y despierto en mi.
Entre
sombras te observo y caigo rendido al deseo que provocas en mi interior.
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